Extranjerización de la Tierra, Paraguay, Soberanía alimentaria
Equipo editorial APC
La soberanía ha sido violada cuando bajo el gobierno del Gral.
Bernardino Caballero y en el contexto del saqueo de las arcas del estado
por parte de la oligarquía criolla, se remataron 2.718.750 has. de
tierras a favor de La Industrial Paraguaya S.A. (LIPSA), empresa que
cuenta entre sus socios fundadores al propio Gral. Caballero, padre de
la patria “agrarista”, y también fue violada cuando se entregaron más de
600.000 has. al Gral. Patricio Escobar como trueque de guerra para
intentar sepultar en el olvido aquel verdadero holocausto de la guerra
del 70.
La soberanía también ha sido violada cuando, a través del nefasto
Tratado de Itaipu firmado en 1973 por el dictador Stroessner, “único
líder” de las cúpulas del Partido Colorado y no del pueblo pobre
colorado que también sufrió el “mbarete” y las garras del stronismo, se
regaló energía a la oligarquía brasileña para que, a sus anchas, pueda
disponer de más del 90 % de la energía producida por la central
hidroeléctrica e hipotecándola hasta el 2023, año en el que recién se
podrá modificar dicho “acuerdo”. Actualmente “vendemos” energía a 51
dólares por MW hora, que en realidad es la suma de 42 dólares (precio
del “tratado”) más 9 dólares (adicionales por compensación lograda por
gestiones del gobierno del presidente Lugo), sin embargo, este precio
está por debajo del precio de mercado y genera una deuda intolerante que
viola alevosamente nuestra soberanía nacional.
La soberanía ha sido violada brutalmente entre 1954 y 2003, gobiernos de
turno mediante, al adjudicar unas 7.851.295 hectáreas de tierra a
testaferros stronistas, empresarios, militares, politiqueros,
chupamedias, hurreros y traficantes de todo tipo. Estas tierras, que
debían ser destinadas a la reforma agraria fueron robadas de las manos
de campesinos sin tierra, quienes deberían haber sido sus verdaderos
poseedores y quienes deberían de haberlas trabajado para producir
alimentos y bienestar para sí y para sus familias, y fueron adjudicadas
violentando las leyes agrarias que la propia oligarquía dictó a través
de sus tentáculos parlamentarios, ofreciendo incluso a través de los
clasificados de diarios paulistas las mejores tierras del departamento
de Alto Parana conocidas por su productividad y fertilidad.
La soberanía ha sido violada sistemáticamente desde el momento mismo en
que la multinacional MONSANTO y su séquito de empresas de agronegocios
pusieron un pie en este país con sus semillas genéticamente modificadas,
sus maquinarias y sus poderosos y mortales venenos, y comenzaron a
pulverizar sin piedad con sus Roundup, más conocido como “mata todo”,
comunidades campesinas, escuelas, cursos hídricos, fauna, flora y todo
lo que encontraba a su paso. Y nuevamente la generosa y patriota
oligarquía le entregó todo, tierras, recursos naturales, medios de
comunicación, soberanía alimentaria, universidades, ministerios y
secretarías, parlamento, ejecutivo y poder judicial, todo, absolutamente
todo para que pueda destruir lo más preciado que puede existir en la
humanidad que es el alimento y el medio ambiente.
Y para seguir violando soberanía, deporte practicado desde siempre por
las clases dominantes de nuestro país sin la más mínima vergüenza, hoy
está a la vista de los paladines de la soberanía, quienes ya se están
frotando las manos desde el palacio de gobierno, de justicia y el
legislativo, una de las entregas más desvergonzadas de la historia con
la instalación de la multinacional Rio Tinto – ALCAN, acusada de
promover revueltas militares, golpes de estado y de destruir el medio
ambiente a escala mundial. Se trata de una minera de origen
anglocanadiense que pretende instalar una fundidora de aluminio con una
mega inversión de 4 mil millones de dólares, el doble de la deuda
externa del Paraguay, lo equivalente a las reservas monetarias
internacionales del país y casi un tercio del producto interno bruto!.
De lo que estamos hablando no es de una curtiembre que va a contaminar
el cauce hídrico de un arroyito pueblerino, estamos hablando de un
enclave industrial que va a agredir profundamente al medio ambiente por
ser una fundidora de aluminio, altamente contaminante, incluso con
consecuencias en el calentamiento de toda la región. El descaro de esta
multinacional llega al punto de solicitar una subvención por parte del
Estado, cosa que el gobierno de Fernando Lugo estuvo frenando pese a la
presión de todos los sectores que hoy brindan por el golpe parlamentario
y la unidad de toda la clase dominante. La ANDE debe vender cada
Megawatt/hora a 60 dólares, y ellos sin embargo están planteando 33 a 38
dólares! Un robo por parte de una multinacional que no empleará a más
de 1.500 personas porque las fundidoras de aluminio son las que menos
ocupación crean dado que este tipo de industrias es una de las más
automatizadas, porque la vida humana en fábricas de estas
características resulta insoportable!. Entonces estamos hablando de un
estado dentro de otro estado, y eso ya no es sólo violación de
soberanía, eso vulgarmente se denomina invasión!.
Y lo peor de todo, no peor para nosotros, los que decidimos sepultar ad
aeternum a la patria oligarca, lo peor de todo, digo, para quienes hoy
levantan sin asco la bandera de la soberanía, es que, y esto es lo que
les duele, esta soberanía no fue violada por Lugo, el socialismo del
siglo XXI, el Frente Guasu, los zurditos, la “izquierda caviar”, los
haraganes que cierran rutas y ocupan tierras o los “sin nada” que hoy no
pueden discutir sobre soberanía porque la tienen que pelear con el
carrito reciclador para llevar algo a la boca de sus hijos; lo que les
duele es que ellos, los representantes de la patria oligarca, la patria
ganadera, la patria sojera y latifundista, los paladines de la patria
contrabandista y mafiosa, los gendarmes de la patria narco, ellos fueron
los que, atravesando el corazón mismo del pueblo, se han pasado la vida
violando día y noche la soberanía que, pese a ellos, hemos intentado y
lo seguiremos intentado construir entre todos los hombres y mujeres
dignos de esta patria.
Comenzaré a creer, tímida y dudosamente, claro está, en los “patriotas”
que hoy ensucian la palabra soberanía y se llenan la boca de un falso
nacionalismo que más bien orilla el fascismo, el día en que devuelvan
todo, absolutamente todo lo que se han robado a esta nación heroica y
comiencen a recuperar un poco de la dignidad que han perdido exigiendo
la restitución de soberanía que ellos han entregado al capital
transnacional y a sus lacayos de la mafia local a lo largo y ancho de
nuestra historia.
Fuente http://ea.com.py/soberania-golpista/