La Alianza Bolivariana de Nuestra América, fundada en 2004, tiene de
miembros plenos a Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador,
Nicaragua, San Vicente y Las Granadinas, y Venezuela. Haití y otros
caribeños tienen estatus de observadores. Hasta junio de 2009 también
tenía su membresía Honduras, pero fue quitada por los golpistas de
Tegucigalpa.
El bloque tercermundista le saca “tarjeta roja” seguramente por las
maniobras de la dependencia yanqui en estos meses, muy activa en
promover las protestas de envoltorio indígena contra Evo Morales y
Rafael Correa.
También influye que el 7 de octubre próximo serán las elecciones en
Venezuela. Tener a Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores para el
sexenio 2013-1019 es una pesadilla para la administración Obama. Y aún
peor para Mitt Rommey si gana en noviembre próximo.
La USAID jura que sus fines son nobles y colabora desinteresadamente con
el desarrollo sustentable, la defensa del medio ambiente, la promoción
de los jóvenes y la calidad de las instituciones.
Eso mismo decía de Dan Anthony Mitrione, su agente en Uruguay en los
años ´70, capturado y finalmente ejecutado por los Tupamaros por ser
agente enmascarado de la CIA. Muchos latinoamericanos supieron que AID y
CIA eran dos paralelas que se tocaban.
Contra Cuba
La USAID y sus sellos como NED (National Endowment for Democracy), OTI,
etc, y variados programas han canalizado millones de dólares para tratar
de subvertir el orden socialista en Cuba. En el Malecón la sede la
Sección de Intereses de Norteamérica (SINA) es uno de los centros de la
conspiración, con toma y daca entre los diplomáticos estadounidenses y
sus agentes locales. Muchas de estas transas están controladas por
agentes de la seguridad estatal, infiltrados en esas redes de espionaje,
a las que periódicamente ponen en descubierto y dejan en ridículo.
En marzo de 2011, el periodista canadiense Jean-Guy Allard escribió:
“hace unos días, Cuba desclasificó a Frank Carlos Vázquez Díaz, el
agente Robin de la Seguridad de Estado, quién durante doce años penetró
el mecanismo de injerencia de la USAID. Vásquez Díaz fue el huésped de
este organismo y de sus correspondientes agentes que caracterizó como
oficiales de la CIA, durante cinco años, en distintas estancias que se
le ofrecieron en territorio norteamericano, tanto en Chicago como en
Nueva York”.
Quizás ese “blanqueo” del agente cubano fuera decidido por el gobierno
de Raúl Castro luego de su importante victoria sobre la USAID. En esa
fecha, marzo de 2011, la justicia cubana condenó a 15 años de prisión a
Alan Gross, que trabajaba para la Development Alternatives, Inc.
(DAI), una subcontratista de la agencia. Gross distribuía ilegalmente en
la isla elementos electrónicos y de comunicaciones para armar una red
de inteligencia. En agosto de ese año el máximo tribunal de justicia
cubano confirmó la condena, bastante benigna si se tiene en cuenta que a
cinco cubanos -que en 1998 espiaban a los círculos terroristas de
Miami- les fueron impuestas cuatro condenas perpetuas y
77 años de cárcel, en total.
Tiren contra Chávez
Desde que el presidente venezolano ganó su primera elección, en 1999, el
imperio trató de desembarazarse de su experimento bolivariano. Las
inclinaciones nacionalistas en el orden interno y su acercamiento a Cuba
en lo regional, tuvieron en la administración Bush un furioso enemigo.
USAID recibió muchos millones de dólares para ese operativo
desestabilización, que precedió al intento golpista de abril de 2002 y
continuó luego con más fiereza visto que Chávez consolidaba la
estatización de la petrolera PDVSA.
Luego que fracasara el putsch cívico-militar, la labor de zapa política,
cultural y directamente de espionaje tomó una importancia mayor. La
Agencia subvencionó a ONG como “Súmate” de Corina Machado, promotora del
referendo con que se quiso deponer al presidente.
También financió a partidos opositores, desde los más derechistas de
“Primero Justicia” hasta los socialdemócratas como Acción Democrática y
socialcristianos de COPEI, pasando por los ex izquierdistas del MAS.
La Agencia fue articulando con los popes de los medios de comunicación,
un rubro destacado de su actividad en ese y otros países. Los canales
RCTV de Marcel Granier y Globovisión, los diarios El Universal y El
Nacional, otros canales internacionales como Univisión y CNN, etc,
fogonearon campañas de sesgo golpista contra Caracas.
Tenían el inconveniente de que el presidente había ganado todas las
elecciones en estos doce años de gobierno, excepto una reforma
constitucional que perdió por un punto y medio. ¿Cómo acusarlo de
dictador? Los cráneos del Departamento de Estado elaboraron la teoría de
que un gobierno puede ser democrático de origen pero devenir en
autoritario en su gestión. Mariano Grondona no pagó copyright por decir
lo mismo de la presidenta argentina.
Zancadillas a Correa
El presidente ecuatoriano tuvo varios problemas con la Casa Blanca y los
organismos internacionales de crédito. De movida expulsó al
representante del Banco Mundial. Y en abril de 2011 declaró persona no
grata y echó a la embajadora Heather Hodges, luego que un cable de
WikiLeaks develara que ésta había criticado la corrupción de la policía
ecuatoriana.
Correa denunció a fondo la política norteamericana (por caso, boicoteó
la VI Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias, en abril pasado),
pero la USAID también aumentó la apuesta. Hay 21millones de dólares en
2012 para las ONG opuestas al gobierno, más becas para sectores
indígenas disconformes con la política minera de la oficialista Alianza
País, etc.
El injerencismo llevó a que el presidencial Palacio de Carondelet
analizara expulsar a la polémica agencia. Télam, el 6 de julio, informó
que otro motivo de enojo fue “el aporte de fondos de la USAID, para la
organización periodística Fundamedios, que ha criticado al gobierno
sobre su actitud con medios y periodistas”. Correa impulsa una ley
democrática de medios, similar a Argentina, pero que también incursiona
en el rubro gráfico. La Agencia, como la SIP, no se lo perdonan.
El nuevo embajador de Obama, Adam Namn, bajó del avión en Quito con el
pie izquierdo, pues declaró que sería "lamentable que el gobierno
ecuatoriano decidiera expulsar a la AID”. Tal sanción había sido
anunciada la semana anterior por el canciller Ricardo Patiño.
Evo la raja
USAID ha tenido graves inconvenientes por haberse metido en asuntos
soberanos de Bolivia. Evo Morales ya tenía una pobre opinión de la
agencia desde que en 2001, siendo diputado –y manteniendo la presidencia
de campesinos cocaleros- fue golpeado y sitiado por el Ejército en
Cochabamba. Los efectivos cumplían órdenes del gobierno, instadas por la
Agencia y la DEA (organismo “antinarcóticos” de EE UU).
Ya en el Palacio Quemado, en 2008, Morales convalidó la resolución de
los campesinos de El Chapare, de expulsar a la USAID y la DEA. Ese año,
de la sublevación xenófoba y sojera en la Media Luna, el mandatario
ordenó la expulsión del embajador Philip Goldberg. “La agencia
estadounidense debe abandonar Bolivia por estar tras acciones de
injerencia”, declaró el aymara.
Estos son antecedentes de la agencia que tiene un presupuesto mundial de
40.000 millones de dólares y cuyo jefe para América Latina es, desde
setiembre de 2010, Mark Feierstein, un experimentado espía. En el
reciente golpe de Estado en Paraguay se acusó de participación a USAID y
Monsanto, interesado en la ampliación del uso de su soja transgénica.
Argentina no es un terreno vedado para estas dependencias del imperio.
En la Web de la embajada se pueden ver los programas de “Jóvenes
Embajadores”, “Becas Fulbright”, “Seminarios para jóvenes”, “Programa la
justicia va a la escuela” y tantos más. Detrás de esas iniciativas, en
forma más o menos evidente, está la mano de la USAID.
Entre los becados está Adrián Pérez, el titular de la Coalición Cívica.
Pero lo más grave vino del gobierno nacional: el jefe de Gabinete firmó
el 13 de abril un acuerdo con la embajadora, relativo a las becas
Fulbright, por cinco años de duración y un costo de 4.2 millones de
dólares. ¿Cuánto pondrá Argentina?