El gobierno modificó una resolución y ahora permite que la SIGEN audite universidades. En 2022, el ex Procurador de la Nación Carlos Zannini había limitado esa atribución de la SIGEN. La tarea había quedado a cargo de la Auditoría General de la Nación (AGN), órgano de control que no depende del Poder Ejecutivo. Hoy el procurador del Tesoro de la Nación, Rodolfo Barra, modificó la resolución, sometiendo a las universidades a ser auditadas por el Gobierno.
Mientras el presidente Javier Milei insiste en que él "no va a ceder"
ante las tomas que se registran en universidades de todo el país, les
estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA convocaron a
un "cacerolazo" para este miércoles las 18 en la intersección de Púan y
Rivadavia, a pocas cuadras de la sede universitaria. En paralelo, el
procurador del Tesoro de la Nación, Rodolfo Barra, firmó un dictamen
para que la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) retome las
auditorías sobre las universidades nacionales; una tarea que desde 2022
había quedado a cargo de la Auditoria General de la Nación (AGN), órgano
de control que no depende del Poder Ejecutivo. La medida, que vulnera
la autonomía universitaria al someterla al control del Poder Ejecutivo,
como reconoce la Constitución, abre un seguro camino a la judialización.
Desde el Ministerio de Capital Humanos celebraron la decisión de Barra y
rechazaron que se viole la autonomía universitaria. En tanto, desde el
Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) se cansaron de desmentir el
relato gubernamental de la falta de auditorías: tal como explicó este
diario, el organismo remarca que las universidades son auditadas de
manera interna y externa por la Auditoría General de la Nación (AGN), y
luego se suben los resultados a las páginas web de cada institución.
Provocación tras provocación "Todos estos que están haciendo las tomas,
¿están a favor que se utilicen las universidades políticamente para
robar?", provocó el presidente Javier Milei a la revuelta estudiantil
que está reclamando en contra del veto a la Ley de Financiamiento
Universitario. De hecho, el "cacerolazo" convocado para mañana a la
tarde tiene como consigna "¡Triplicación del presupuesto educativo ya!",
algo que el veto descarta, mantiene la prórroga del Presupuesto 2023 y
deja el debate para el Presupuesto 2025, en el que los rectores
universitario ya adviertieron sobre lo insuficiente de los fondos
pautados por el gobierno nacional. La resolución firmada por Barra va
en línea con el eje puesto en agenda desde la Casa Rosada sobre
supuestos "chorros" que no dejan auditarse, para referirse a las
autoridades de las universidades públicas y desviar el foco puesto en el
ahogo financiero al que el plan de ajuste económico ya somete a la
universidad pública. Barra repuso la interpretación respecto de que la
Ley de Administración Financiera y de los Sistemas de Control del Sector
Público Nacional (N° 24.156) es de aplicación a las universidades
nacionales, por lo que volvió a habilitar su auditoría desde el Poder
Ejecutivo.
En 2022, el ex Procurador de la Nación Carlos Zannini
había limitado esa atribución de la SIGEN al considerar que "no resultan
aplicables a las universidades nacionales las previsiones que, en
materia de control interno", por valorar su autonomía. Por su parte, el
Ministerio de Capital Humano, encabezado por Sandra Pettovello y bajo
cuya órbita está la Subsecretaría de Política Universitarias, se hizo
eco de la resolución de Barra e indicó que "el ejercicio de dicho
control no afecta ni contradice la autonomía ni la independencia
financiera y administrativa que les otorga la Constitución Nacio Esta
decisión del Gobierno está marcada por el debate que busca imponer en la
agenda, pero también por los aliados del PRO. En el comunicado emitido
la semana pasada para anticipar que el bloque referenciado en el ex
presidente Mauricio Macri daría el apoyo al veto presidencial se criticó
al Poder Ejecutivo por no derogar la resolución firmada en 2022 por
Zanini.
Pero el comunicado del PRO revelaba también otra
incongruencia de la cruzada de Milie por la transparencia universitaria.
El órgano que sí está a cargo de auditar a las casas de altos estudios
es la AGN, ente que está bajo el control de Poder Legislativo y no bajo
los hilos de la Rosada.
"No terminó de conformar las autoridades de
la Auditoría General de la Nación, organismo responsable de auditar a
las universidades", apuntó el comunicado y agregó: "No constituyó la
Comisión Mixta Revisora de Cuentas que define el plan de auditorías para
la AGN".
Esa demora tiene que ver con las disputas entre los
bloques aliados de La Libertad Avanza y el PRO respecto de qué diputados
asumirán las bancas correspondientes a la minoría parlamentaria en la
AGN. Por la Cámara alta ya fueron desginados Javier Fernández y María
Graciela de la Rosa, referenciados en el peronismo, y Alejandro Nieva,
del radicalismo. Mientra que por la Cámara baja solo se anticipó que
Unión por la Patria designaría a Juan Ignacio Forlón. Las otras dos
bancas deben definirlas el oficialismo, el PRO y los radicales.
La
disputa mantiene pendiente la auditoria sobre la Facultad de Medicina de
la Universidad Nacional de Buenos Aires y las universidades públicas de
Córdoba, La Plata, Salta, San Juan, Cuyo, Tierra del Fuego, Antártida e
Islas del Atlántico Sur; de la Patagonia San Juan Bosco, de Chilecito,
de Avellaneda y del Nordeste, según el plan 2025 de la AGN.