Un relevamiento de la Defensoría de la Tercera Edad informó un aumento del 54,37% en el costo de vida entre abril y octubre. Alimentos, Medicamentos y Vivienda insumen dos tercios de los gastos. El aumento de la inflación y la pérdida de poder de compra de los ingresos de la población golpea con fuerza a los sectores más vulnerables, entre ellos a los jubilados, cuya canasta básica ya alcanza los $912.584, en un contexto en que el Gobierno dispuso vetar una suba por ley y una nueva fórmula de cálculo de los haberes.
Entre abril y octubre, el costo de vida de los adultos mayores se
incrementó 54,37%. Un relevamiento realizado por la Defensoría de la
Tercera Edad expuso la frágil condición en la que viven millones de
jubilados y pensionados en el país, producto del continuo incremento en
los precios de los alimentos, de los medicamentos y de los gastos de
vivienda, entre otros segmentos analizados. En un contexto en el que
cuatro millones y medio de jubilados cobran una mínima de $234.540,23
(más un bono de $70.000), la canasta básica para un adulto mayor se
ubicó en $912.584, tres veces más del haber más bajo. Además, representa
más de cuatro veces de lo que reciben los beneficiarios de la Pensión
Universal para Adultos Mayores ($187.632 más el bono).
Qué necesita un jubilado para cubrir sus gastos mensuales
El
gasto en Alimentos representó el 26% del total de la canasta básica
($236.873), seguido de Vivienda con el 22% ($198.000) y Medicamentos,
con el 16% ($145.268). En Limpieza, los adultos mayores desembolsan un
11% en promedio ($101.443), mientras que debe destinar $83.000 para
Servicios, $58.000 para Recreación, $55.000 en Transporte y $35.000 en
Vestimenta.
Alimentos $ 236.873
Limpieza $ 101.443
Medicamentos $ 145.268
Vivienda $ 198.000
Transporte $ 55.000
Vestimenta $ 35.000
Recreación $ 58.000
Servicios $ 83.000
Total: $ 912.584
"Una
historia que se repite. Los nuevos datos de la Canasta Básica de los
Jubilados ratifican la situación de precariedad y miseria en la que se
hunde cada vez más el sector", denunció el organismo que conduce el
Defensor del Pueblo de la Tercera Edad, Eugenio Semino. Además, criticó
el pago de bonos para intentar "mitigar" el problema de ingresos: "Son
como monedas arrojadas a un pueblo hambriento". Y afirmó que "no
solamente son inútiles sino también contraproducentes" dado que se trata
de "parches que resaltan el agujero que quieren ocultar". "No es que
los jubilados sigan estando mal - continuó Semino -, es que están cada
vez peor y no hay perspectivas de que la situación se revierta. Son
siete millones de jubilados y jubiladas, ¿cómo puede salir adelante un
país cuyo Estado hunde directamente en la pobreza a más del diez por
ciento de su población? La deuda sigue siendo con ellos", cerró.