La situación financiera de Argentina se encuentra en un punto crítico, con serias dificultades para cumplir con sus obligaciones de deuda, lo que podría llevar a una reestructuración. A pesar de algunos avances en el ajuste fiscal, la resistencia del gobierno a devaluar el tipo de cambio genera incertidumbre y preocupación en los mercados. "La deuda es descomunal": Jorge Macri insistió con el reclamo por los fondos de la coparticipación al Gobierno. El vicepresidente de la calificadora de riesgo Moody’s, Jaime Reusche, comentó que los mercados financieros ven poco probable que Argentina pueda cumplir con sus obligaciones de deuda, abriendo la puerta a una posible reestructuración.
Además, expresó su preocupación por la resistencia del Gobierno a
devaluar. En cuanto a las razones detrás del elevado riesgo país, que
supera los 1.500 puntos básicos, el funcionario de la calificadora de
riesgo explicó que "es un momento bastante complicado debido al
incremento en los pagos de deuda de bonos externos que enfrenta la
Argentina. Este año se deben realizar pagos por más de u$s2.000
millones, y el próximo año esa cifra aumenta a u$s5.000 millones",
aseguró Reusche en entrevista con Radio con Vos. "Los mercados han
valorado algunos ajustes realizados por el nuevo Gobierno, considerando
el complicado punto de partida, pero creen que será difícil cumplir con
todos los pagos de deuda. La acumulación de reservas, que avanzó en el
primer semestre del año, se ha ralentizado, y esto genera preocupación
en los mercados, que anticipan la necesidad de una reestructuración de
la deuda externa".
En cuanto a las razones detrás del elevado riesgo
país, que supera los 1.500 puntos básicos, el funcionario de la
calificadora de riesgo explicó que "es un momento bastante complicado
debido al incremento en los pagos de deuda de bonos externos que
enfrenta la Argentina. "Nuestro escenario base, y la razón por la cual
no hemos alterado la calificación de riesgo, que ya es bastante baja, es
que existe una alta probabilidad de una renegociación o intercambio de
deuda, similar a lo que hemos visto en el mercado doméstico", agregó.
Recordó que "en el mercado financiero local se han realizado varios
swaps de deuda interna que han provocado pérdidas, y nuestra
expectativa, al igual que la de los mercados, es que algo similar ocurra
con la deuda externa". Reusche detalló que los flujos financieros
externos están muy ajustados. "Si se analizan los flujos, Argentina
recibe aproximadamente u$s100.000 millones cada año, pero los flujos de
salida entre importaciones, pagos y salidas de capital también suman
cerca de u$s100.000 millones. Esto deja un margen muy reducido para
cubrir todos los compromisos, incluyendo los pagos de deuda, que rondan
los u$s5.000 millones". Añadió: "Las cuentas están tan ajustadas que
cualquier variación en estas variables puede dejar todo muy apretado.
Por eso, los mercados financieros ven con preocupación la posibilidad de
cumplir con todos los compromisos de deuda".Sobre el enfoque económico
del Gobierno, Reusche reconoció el impacto positivo del ajuste fiscal en
la reducción de la inflación. Sin embargo, expresó su sorpresa por la
reticencia del gobierno a ajustar el tipo de cambio. "En nuestro
escenario base, después de la devaluación del año pasado, debería
producirse otra este año para cerrar la brecha entre el dólar paralelo y
el oficial. Desde nuestro punto de vista, esta reticencia impide los
ajustes necesarios en las cuentas externas, lo cual es preocupante",
señaló
Respecto a la aceptación social del ajuste, Reusche mencionó
que "hay países en la región donde siempre hay resistencia a las medidas
de ajuste y reformas, algo que hemos considerado. Nos sorprendió la
intensidad del ajuste fiscal, ya que esperábamos un mayor rechazo
social, pero el ajuste ha avanzado mejor de lo esperado. No obstante, en
cuanto a la devaluación, parece que el gobierno percibe un margen
limitado para implementar esta política, dado que una devaluación
inevitablemente provocaría un aumento de la inflación. Se encuentra en
un dilema de políticas públicas, donde no quiere afectar demasiado a la
sociedad, pero al mismo tiempo necesita ajustar las cuentas externas
mediante una devaluación", concluyó.