El consumo de carne vacuna en Argentina llegó al nivel más bajo en más de 100 años. La proyección anual es que el consumo total de carne por habitante sea de 105,7 kilos, cuándo el promedio de la última década fue de 112,8 kilos. Se desploma el consumo de proteínas animales. El ritual de compartir un asado con familiares o amigos es cada vez más inalcanzable en la Argentina de Javier Milei. Así lo refleja el último informe publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario que analiza consumo de carne en el país y alerta de un desplome en los indicadores hasta el nivel más bajo en más de 100 años. Para el 2024 "se proyecta que el consumo anual (de carne vacuna) por habitante promedio sea de solo 44,8 kilos, por debajo del promedio histórico de 72,9 kilos", indicaron los economistas Franco Ramseyer y Emilce Terré en un lapidario informe difundido por la Bolsa de Comercio de Rosario.
Estas cifras también se ubicarían por debajo de piso histórico de
consumo de carne: solo 46,9 kilos por habitante para el año 1920. En los
primeros cinco meses del año, el consumo de carne bobina en Argentina
está dentro de los valores más bajos desde que se tienen registros.
"Entre enero y mayo de este año se absorbieron internamente 870.000
toneladas res con hueso, solo superando a igual período de 2021 y
marcando una caída del 14% respecto de los primeros cinco meses del año
pasado", aportaron desde la Bolsa rosarina en un segundo informe. En
tanto, el consumo total de carnes bovina, aviar y porcina en Argentina
"podría ubicarse en el año 2024 en torno a los 105,7 kilos por
habitante", señalaron los economistas. De esta manera, cada argentino
consumiría siete kilos menos de carnes en comparación al promedio de los
últimos diez años, que es de 112,8 kilos.
Las vaquitas son ajenas
Otro
dato que describe el alarmante panorama del consumo de carne en
Argentina es que entre enero y mayo de este año el 69% de la producción
se destinó al mercado interno, frente al 75% del año pasado y lejos del
85% promedio de lo que va del siglo. "La producción de carne bovina se
encuentra en valores mínimos desde al menos 1990", aseguraron los
economistas en el reporte.
La contracara de este menor consumo
interno es un incremento en las exportaciones. Según datos de la
Secretaría de Bioeconomía, entre enero y mayo se despacharon 385.000
toneladas de res con hueso, un 10% más que en 2023 y el volumen más alto
de la serie que comienza en 1990.
"Sin embargo, medido en valor, la
exportación solo crece 1 %, ya que los precios promedio de exportación
cayeron 8 % respecto a los primeros cinco meses del año pasado",
aclararon los autores del informe.