'La educación nos salva y nos hace libres' En el cierre del acto, una dirigente de la Federación Universitaria Argentina leyó el documento consensuado por los rectores nacionales en el que se critica el ajuste de Milei. (Fuente: Leandro Teysseire) LA UNIVERSIDAD PÚBLICA: BASE DE LA DEMOCRACIA Y EL DESARROLLO SOCIAL
La Universidad Pública argentina atraviesa un período crítico como consecuencia de las políticas implementadas por el gobierno nacional; agradecemos las manifestaciones de la sociedad en apoyo del sistema universitario público y convocamos a la ciudadanía a trabajar para sostener las universidades abiertas haciendo docencia, investigación y extensión.
Las universidades públicas son uno de los motores de la democracia, la
producción y los lazos sociales Nuestras universidades han sufrido un
fuerte ajuste en términos reales en los denominados gastos de
funcionamiento; la partida que mes a mes el Poder Ejecutivo envía a las
Universidades para que puedan funcionar (mantener edificios, realizar
obras, sostener programas de becas, residencias y comedores, incentivar
el desarrollo científico, financiar hospitales, laboratorios y proyectos
de investigación, y pagar servicios básicos, alquileres, seguros y la
protección de sus sedes). Llegamos a marzo de 2024 con un presupuesto de
gastos a valores de septiembre de 2022. El incremento del 70% de estas
partidas, dispuesto para el mes de marzo, más el reciente anuncio, en el
marco de esta convocatoria, de un 70% adicional, constituyen un
aliciente aún insuficiente en tanto la inflación fue de un 300% en el
mismo período de tiempo. Además, las obras del Programa Nacional de
Infraestructura Universitaria, que habilitaba la posibilidad de
desarrollar la infraestructura incorporando obras que por su envergadura
es imposible afrontar con propio presupuesto, se encuentran paralizadas
y no hay certezas ni información respecto de su continuidad. En estos
últimos meses, el salario de las trabajadoras y trabajadores ha perdido
50 % respecto de la inflación. Este deterioro salarial se hermana con el
del resto de los sectores del mundo del trabajo. Ello lleva a retomar
consignas de hace más de 20 años: ¡Ningún trabajador o trabajadora de
las universidades nacionales por debajo de la línea de pobreza!.
Reivindicamos los Convenios Colectivos sectoriales - docentes y
nodocentes - y el espacio paritario nacional con participación plena del
Gobierno Nacional, quien hasta ahora malversa su participación,
imponiendo aumentos paupérrimos de manera unilateral. De esta manera, se
cancela de hecho la negociación colectiva, pilar del diálogo social, y
uno de los principios y derechos fundamentales del trabajo reconocidos
por la OIT. Exigimos paritarias libres, sin techos, para garantizar
salarios acordes a la situación inflacionaria y que permita recuperar
con urgencia lo que se ha perdido. Sin salarios dignos de docentes y
nodocentes, la universidad pública es inviable. También es indispensable
que se mejore de manera urgente la situación de las jubiladas y
jubilados que atraviesan otro período de pérdida salarial, y que se
restituya inmediatamente el FONID para toda la docencia inicial,
primaria, media, terciaria y preuniversitaria. Rechazamos la política de
ajuste y disciplinamiento. La comunidad universitaria se organiza,
resiste y se solidariza con todos los sectores que hoy atraviesan una
situación similar o peor por afrontar despidos masivos.
La educación
es un derecho humano fundamental porque se impone sobre el ingrato azar
de la desigualdad. Defender esta concepción de la educación es de vital
importancia y, más aún, en una universidad argentina en la que sus
estudiantes se enfrentan al aumento generalizado de precios que impacta
sobre salarios, servicios, alquiler y transporte, poniéndose en jaque el
acceso, la permanencia y el egreso. Las y los estudiantes trabajan y
cuidan sus familias. En ese contexto, las políticas de becas son
fundamentales para democratizar; sin embargo, su recorte es alarmante:
tanto así, que al retraso respecto de la inflación que sufren las Becas
Progresar y Manuel Belgrano se le suman recortes en términos de montos,
requisitos y periodo de inscripción. Estas decisiones del Gobierno
Nacional hacen que el desguace sobre las herramientas conquistadas sea
prácticamente total. Hoy las Universidades carecen del presupuesto
suficiente para sostener becas propias. Se necesitan presupuesto y
políticas de bienestar estudiantil para poder estudiar. Ante esto,
asumimos la tarea de defender inclaudicablemente el acceso a la
educación a las grandes mayorías.
No queremos que nos arrebaten
nuestros sueños: nuestro futuro no les pertenece. Somos orgullosos hijos
e hijas de la Universidad Argentina; somos la Universidad pública,
gratuita e irrestricta en el ingreso, de excelencia, con libertad y
equidad. Somos la Universidad para el gran pueblo argentino. Por eso,
lucharemos, en una irrenunciable resistencia democrática y pacífica, por
la educación que queremos, por el país que anhelamos. Por otra parte,
los sectores científico-tecnológicos y de investigación nacionales
atraviesan uno de los momentos más críticos de su historia. A través de
las universidades y centros de investigación distribuidos federalmente,
la Argentina se ha caracterizado por ser una referencia de ciencia y
tecnología en el mundo entero, dotando de desarrollos de punta y
profesionales de excelencia al sector público y privado. Nuestras
científicas y científicos son desprestigiados respecto de la calidad de
sus trabajos, cuestionados respecto del valor que la ciencia y la
tecnología tienen para el desarrollo nacional y privados del
reconocimiento que poseen su arduas labores, muchas veces de dedicación
exclusiva. La ciencia y la tecnología forman parte de la Universidad
Pública ya que la investigación es uno de sus pilares. Muchas
investigadoras e investigadores no llegan a fin de mes y carecen de
información cierta sobre la posibilidad de continuar con sus proyectos
por los recortes en Conicet, así como en Institutos dependientes de las
Universidades. La ciencia y tecnología son aspectos sustanciales para la
producción de soberanía, desarrollo y progreso. “Un país que no
invierte en ciencia, renuncia a su soberanía”
El desfinanciamiento de
la universidad y el sistema científico va en desmedro de los declamados
objetivos de lograr el crecimiento económico. Es un retroceso para la
economía del país que puede tener en las exportaciones basadas en la
economía del conocimiento un sustento significativo. Gracias a su
sistema universitario y científico, Argentina es el primer país de
América Latina en I+D+I. En este país se fabricó uno de los diez
reactores de energía más importantes del mundo. Entre 2018 y 2022, la
producción de software generó 19.500 millones de dólares. Más de 100
nuevas empresas en biotecnología han puesto al país también en el primer
puesto de América Latina. Gracias a la investigación aeroespacial en la
Universidad Pública, Argentina es uno de los diez países que tienen
capacidad para diseñar y producir satélites. Defendemos el acceso a la
educación superior pública como un derecho. Creemos en la capacidad
igualadora de la educación pública y gratuita, en el poder transformador
de la Universidad como formidable herramienta de movilidad social
ascendente y en el aporte diferencial y sustantivo que la producción
científica hace en la sociedad del conocimiento. TODOS los problemas que
tenemos se resuelven con más educación y Universidad pública, con más
inversión en ciencia y tecnología. Queremos que nuestras instituciones
sean el dispositivo que le permitan a la Argentina desandar las
desigualdades estructurales y emprender la senda del desarrollo y la
soberanía. La educación nos salva y nos hace libres. Convocamos a la
sociedad Argentina a defenderla.