El oficialismo pateó el debate en el recinto para el próximo martes, con la esperanza de cerrar un acuerdo con la "oposición amigable". Los artículos que discute con los bloques aliados y las amenazas de Luis Caputo. Por ahora los números no están. No por lo menos los que espera el Gobierno para aprobar las reformas más cuestionadas de la Ley ómnibus. El oficialismo logró que el proyecto tenga un dictamen de mayoría, pero con más disidencias (34) que respaldos (21). Por eso se vio obligado a patear el debate en el recinto para la semana que viene. Aunque el presidente Javier Milei no quiera, necesita tiempo para seguir negociando con el resto de las fuerzas artículos clave como el aumento de las retenciones, los cambios en la movilidad jubilatoria y la delegación de facultades extraordinarias.
En medio de la búsqueda de acuerdos, el ministro de Economía, Luis
Caputo, se puso impaciente y lanzó una fuerte amenaza a gobernadores y
legisladores: “Todas las partidas provinciales se recortarán
inmediatamente si alguno de los artículos económicos es rechazado”.
El
lema “no negociamos, aceptamos sugerencias” ya no lo cree absolutamente
nadie. La Libertad Avanza abrió un puente de tiempo hasta el martes de
la semana que viene para discutir con los mandatarios provinciales y los
diputados aliados las modificaciones al texto. La idea inicial era
tratar hoy la ley en el recinto de Diputados y darle media sanción en
una jornada maratónica. El plan no se pudo ejecutar, básicamente, porque
no hubo acuerdo en puntos centrales del megaproyecto y el debate
artículo por artículo hubiera desembocado en un duro golpe para el
Presidente.
Las diferencias entre el Gobierno y la llamada oposición
“amigable” quedaron expuestas en el plenario de comisiones. El dictamen
de mayoría salió con disidencias del PRO, la UCR, Hacemos Coalición
Federal e Innovación Federal. Incluso el radicalismo votó dividido y
algunos legisladores del bloque que lidera Miguel Ángel Pichetto
firmaron un dictamen propio en minoría.