Mondino detalló por entonces que si los precios están muy caros, la
gente no compra, la demanda cae y los precios tienden a acomodarse. De
manera sintética, graficó que el plan de Milei persigue, en realidad, la
generación de una inflación rozando la híper para que los salarios se
depriman a tal nivel que terminen siendo los reguladores de los precios.
En pocas palabras, el plan Caputo no tiene al ajuste fiscal como ancla,
sino a los ingresos y jubilaciones como opción para generar un recesión
que obligue a los formadores de precios a pensar dos veces antes de
aumentar, dado que nadie podrar comprar ni lo más mínimo.
Todo esto
es lo que empezó a ocurrir en las 24 horas posteriores a los anuncios de
Caputo y es, además, lo que funcionarios de Hacienda les blanquearon a
sectores empresarios: "Absoluta libertad de precios, ése es el gran
cambio de la economía argentina", fue el mensaje. Así, las petroleras
anunciaron un aumento del 37 por ciento en los combustibles, la carne
empezó a venderse hasta a 10 mil pesos el kilo (mismo valor de
exportación), los aceites comestibles triplicaron su valor y los
proveedores suspendieron las ventas a grandes supermercados mientras
meditan cuánto habrá de remarcación en góndola.
En paralelo, el
vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó que la quita de subsidios
al transporte y las tarifas de servicios comenzará en enero, donde habrá
aumentos muy significativos que podrían llevar el boleto mínimo de
colectivos a 797 pesos según proyectó la cámara empresaria Aaeta (hoy
está arriba de 50 en el AMBA). Sobre la energía, aún no hay detalles.
Dos datos extra, a estas liberaciones de precios hay que sumarles la
caída en los acuerdos de precios de la medicina prepaga y los colegios
privados. Todo esto se suma a una inflación de 160 por ciento que dejó
la administración de Sergio Massa y que ya estaba en niveles donde el
salario venía muy resentido pero con poder de compra sostenido, sobre
todo en los sectores formales.
Las naftas frenan el auto
En la
celebración del Día del Petróleo, en el Sheraton de Retiro, Shell empezó
a circular entre las mesas del almuerzo un aumento del 37 por ciento en
toda su gama de productos. Un rato después, Horacio Marín, flamante
titular de YPF, lo confirmó. En las horas siguientes, se plegaron Axion y
Puma.
Lo curioso es que hace dos semanas, el viernes 8 de
diciembre, las mismas firmas ya habían decretado una suba del 30 por
ciento, acumulando en un mes un alza general del 67 por ciento,
ampliamente superior a la inflación. Estos aumentos llevaron el precio
de la nafta super, la más económica, de 400 a 600 pesos.
Hasta ese
momento, los combustibles habían mostrado a lo largo del año una suba
algo superior al 90 por ciento, 30 puntos más que lo que se generó en
los últimos 15 días. Esta suba de naftas, además, tendrá un impacto
directo en la inflación futura.
El asado a 10 mil
En la semana,
el precio de ganado en pie se disparó entre un 34,5% y 39,4% en promedio
en el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG). Suba que ya tiene un
impacto en mostradores. En paralelo, al abrir las exportaciones de estos
productos y cortar con los siete cortes populares de precios acordados
que sostenía el gobierno saliente, la plaza local tendrá precios al
consumidor iguales a los precios de exportación.
Ya está ocurriendo
algo en ese sentido: el kilo de asado se pautó en carnicerías a 8000
pesos el martes, en la previa a los anuncios. Pero con la devaluación se
irán, según fuentes del mercado, a 10 mil pesos. Con el impacto del
costo del maíz, puede ir más arriba. "Si no le pone un límite el
mostrador, puede llegar a 12 mil pesos".
Arden las góndolas
La
situación en los supermercados es de pánico. Se espera una caída radical
en las ventas y pulsean con los proveedores, que mientras definen
cuánto remarcarán, cortaron entregas de mercadería.
Hasta ahora, se
ve que los aceites, atados a valores internacionales, saltaron a 1600
pesos el litro (estaban 600), el arróz se vende a más de 1000 pesos un
paquete chico, y se esperan subas similares en harinas y leches, sobre
todo en polvo. Desde que Milei ganó el balotaje, las remarcaciones en
góndolas superan el 100 por ciento y en la última semana las listas que
llegaron sumaron aumentos de hasta el 60 por ciento.