Manzur buscó continuar con su agenda y desdramatizar la situación que
complicó inclusos sus planes políticos posteriores a los comicios.
Cuando fue consultado sobre la posibilidad de que renuncie a ser
candidato buscó ser tajante: "No, hay una medida cautelar, eso es todo",
indicó.
En rigor, la variante de la renuncia de Manzur se sigue
evaluando hacia el interior del FdT tucumano. El gobernador se resiste,
pero es cierto que si se bajara dejaría abstracta la cautelar y la
provincia recuperaría la potestad de definir cuándo se realizarían los
comicios. Si fuera por Jaldo los haría el 21 de mayo, pero para eso
antes debe resolverse qué pasará con Manzur.
El actual gobernador
resiste porque su plan no sólo era ganar las elecciones sino que este
triunfo se convirtiera en un aval para competir por algún cargo
nacional, como una vicepresidencia. Si renuncia a ser candidato en
Tucumán ese sueño se diluye. Entonces debe resolver quién podrá
reemplazarlo y eso trae aparejado otro inconveniente. El que lo
reemplace debe ser garantía de lealtad. Uno de los nombres que suena es
el de Sergio Mansilla, presidente subrogante de la Legislatura. "Lo
dicen porque estoy hace mucho tiempo en el justicialismo", se cubrió
Mansilla cuando lo consultaron sobre esta posibilidad. El legislador
prefirió decir que por ahora la fórmula no se toca y que seguirán
haciendo campaña.
También está el actual senador nacional Pablo
Yedlin (FdT), compañero y amigo de Manzur desde siempre, que de
convertirse en candidato a vicegobernador le permitiría a Manzur ocupar
la banca que éste dejaría vacante porque el actual gobernador es senador
nacional suplente.
Jaldo se mostró cuidadoso en las declaraciones.
Todos en Tucumán saben que la relación con Manzur es más que frágil.
Estuvieron ferozmente enfrentados antes de que Manzur partiera hacia la
Casa Rosada como jefe de Gabinete. La paz que se firmó continúa hasta
ahora pero en el fondo ambos se recelan.
El candidato a gobernador
condenó el fallo de los supremos, al que consideró "arbitrario" y
confirma la “connivencia entre las autoridades de Juntos por el Cambio y
los miembros de la Corte Suprema Justicia nacional para proscribir a
los tucumanos. El hecho judicial tiene connotación política de fondo",
afirmó.
Jaldo adelantó además algunos de los argumentos que emitirá
la provincia para rechazar el planteo de la Corte. El actual
vicegobernador afirmó en una entrevista periodística con LG Play que
"Manzur está habilitado por la máxima autoridad judicial de la
provincia: la Corte Suprema de Justicia. Estamos ajustados a fallos del
Corte, por eso, avanzamos con esta fórmula hasta tres días antes de los
comicios”, indicó.
El viernes, cuando la provincia remita su
respuesta a la Corte incluirá, además de los fallos de la Corte tucumana
que avaló la participación de Manzur, la posición de la Procuración
General de la Nación cuando en diciembre último le pidieron opinión por
una objeción contra Manzur. En esa oportunidad había dicho que el máximo
tribunal nacional no debía intervenir en los planteos que había
realizado la oposición tucumana. Es un antecedente que el gobierno de
Tucumán considera como sustancial.
La oposición
Entre los
dirigentes de Juntos por el Cambio tucumano lo que prima es la
algarabía. Entre los integrantes de la fórmula para gobernador y vice,
Roberto Sánchez y Germán Alfaro, hay besos y abrazos mutuos. Todos
consideran a Alfaro como un héroe por haber logrado "frenar", como dijo
Patricia Bullrich, las elecciones tucumanas. Una estrategia que el
macrismo tucumano aplica sin éxito desde 2015. Hasta Tucumán llegó el
gobernador de Jujuy y aspirante a pelear la candidatura presidencial de
JxC, Gerardo Morales donde afirmó que “los argentinos estamos
representados en esta lucha de los tucumanos para que se cumpla la
Constitución”.
En rigor, en lo que favore el fallo de la Corte a la
fórmula Sánchez-Alfaro es que le otorga tiempo para terminar de
organizar la campaña porque la disputa de cómo se armaría la fórmula fue
feroz y se terminó de acordar prácticamente cuando vencía el plazo de
presentación de las candidaturas. Por lo tanto, la suspensión --que para
ellos tiene un perfume a triunfo-- les renueva las esperanzas y
permiten desactivar la desconfianza interna