Diego Dalmau Pereyra y Martín Coste fueron procesados por la realización
de tareas de inteligencia prohibidas por la ley en calidad de autores
secundarios y por abuso de autoridad. Ambos fueron llamados a
indagatoria después de que el exdirector general de la AFI Gustavo
Arribas apuntara hacia el área de Contrainteligencia por no controlar lo
que sucedía en la base Mar del Plata de la exSIDE, desde donde se
hicieron los seguimientos a los familiares. Dalmau Pereyra fue el primer
director operacional de Contrainteligencia durante el macrismo. Había
ingresado a la Secretaría de Inteligencia (SI) en 1999. Venía del
Ejército, donde se había desempeñado como oficial de inteligencia. Uno
de los hitos de Dalmau al frente de Contrainteligencia fue la creación
de un grupo dedicado al espionaje político, compuesto en su gran mayoría
por policías de la Ciudad, que pasó a la fama como los Súper Mario
Bros.
A mediados de 2018, Dalmau dejó la dirección operacional de
Contrainteligencia y viajó como agregado a Chile. Antes, en enero de ese
año, se había hecho un tiempo para visitar la base Mar del Plata, que
aparentemente tenía como principal objetivo vigilar a los parientes de
los tripulantes del San Juan. Cuando se fue a Chile, su lugar lo ocupó
Coste, un funcionario joven que se formó en la SI desde 2002 y que,
durante el macrismo, hizo una "carrera meteórica" que lo llevó a la cima
de una de las áreas más importantes de la AFI, según consigna Bava. El
juez consideró que tanto Coste como Dalmau fueron responsables por la
falta de control acerca de lo que sucedía en la base de Mar del Plata y
por una labor omisiva frente a los ilícitos que desde allí se cometían.
"La ausencia de control no se dio como una mera conducta negligente,
sino como un acto deliberado en el marco de un plan previamente
establecido por el Poder Ejecutivo Nacional", escribió Bava.