En pos de afinar esa estrategia, Fernández almorzó primero con Kirchner y
luego se sumó Massa quien había estado reunido con el jefe de Gabinete,
Santiago Cafiero. Los hombres del Congreso tienen todo listo para
llamar al debate pero dependen del ritmo que el Ejecutivo le imprima a
la redacción final de los proyectos. El lunes pasado la Cámara baja
había suspendido la sesión programada para el 22 de enero porque la
agenda prometida por el gobierno no había llegado y esto fue lo que
Fernández, Kirchner y Massa conversaron en el despacho presidencial.
En
tanto los equipos del presidente terminan de redactar los proyectos, la
tarea de Massa y de Kirchner será la de evaluar la posible resistencia
de la oposición y cuáles serán los límites de las modificaciones que
puedan sufrir los textos que enviará la Rosada. El Ejecutivo aspira a
que la Cámara baja –por donde ingresaría la mayoría de las iniciativas
que elabora el Gabinete nacional-- sesione antes de terminar este mes.
La fecha probable es el 29.
Para esa primera sesión extraordinaria
hay un temario tentativo. La ley de Consenso Fiscal, que suspende la
adenda con que el macrismo impuso a los gobernadores la reducción de sus
impuestos provinciales. La eliminación de las jubilaciones de
privilegio para el Poder Judicial y el Cuerpo Diplomático. Ambos
regímenes habían sido exceptuados por el Gobierno de la suspensión de la
movilidad jubilatoria (junto con maestros y científicos) para evitar la
judicialización de la mega ley de emergencia pública. Ante el reclamo
opositor en el Senado, el Presidente prometió el envío de un proyecto
para eliminar estos sistemas jubilatorios de privilegio. Tal como
anticipó Página/12, un grupo de diplomáticos evalúa contratar una
consultora, integrada por Emilio Monzó y Rogelio Frigerio, para que
opere sobre los legisladores y aborte el proyecto del oficialismo.
Otro
de los puntos de esta convocatoria sería el respaldo parlamentario al
armado de la comisión que analizará y propondrá al Congreso una nueva
fórmula para el cálculo de la movilidad jubilatoria. Igual que la
aprobación del Parlamento para la renegociación de la deuda externa que
el Gobierno heredó de la gestión macrista. Temas que contarían con un
consenso amplio.
Otros, en cambio, ya generaron el rechazo y la
resistencia de Juntos por el Cambio. Especialmente la reforma judicial,
que Fernández anunció durante su asunción ante la Asamblea Legislativa y
cuyo envío al Congreso ratificó esta semana. El propio jefe de Estado
dijo que el proyecto “ya está listo” para enviarlo, pero evitó adelantar
las modificaciones que quiere introducir en la estructura de la actual
justicia federal.
Hay otro conjunto de iniciativas en las que el
gobierno todavía trabaja. Uno es la conformación del Consejo Económico y
Social, que deberá contar con el acuerdo del Parlamento. Lo mismo que
la creación del Consejo de Seguridad, que contaría con la participación
de las provincias.
El Senado, por su parte, tiene una agenda propia.
Aunque también se prevé una reunión del Presidente con su vice, Cristina
Fernández de Kirchner –tras su regreso de Cuba a donde fue a visitar a
su hija Florencia--, para definir prioridades.