Pese a sus dichos de que iba a entregarse a cumplir con el fallo de 12
años y un mes de prisión impuesto por el juez Sergio Moro, fue la misma
gente la que impidió durante varias horas que Lula pueda entregarse.
Las
horas iban pasando y el nerviosismo crecía ya que el juez impuso un
horario límite para que inice su camino hacia su entrega. Tanto es así
que hasta la presidenta del Partido de los Trabajadores le pidió a los
manifestantes que dejaran que Lula pueda salir ya que las consecuencias
podrían ser serías.
Cerca de las 18:40 se inició el procedimiento
para que Lula pueda salir del lugar, primero las fuerzas de seguridad
corrieron a los manifestantes más exaltados y fue allí cuando el ex
presidente bajó hasta otra puerta y se subió a una camioneta donde la
Policía de Brasil lo traslada al aeropuerto para ser trasladado a
Curitiba