En repudio a la "cosificación" femenina y contra la “violencia
simbólica” que ejercen los certámenes, por aplicar determinados
parámetros de altura, peso y medidas que definen ganadoras de acuerdo a
ello, varias comunas bonaerenses pusieron freno a los eventos, hasta
ahora tan instalados y “tradicionales” en el interior.
Estas fiestas son centenares en territorio bonaerense en las que se
coronó por décadas a la Reina del Trigo en Tres Arroyos; la de la
Cerveza en Púan; la del Automovilismo en Balcarce, del Carnaval de la
Amistad en Maipú, del Reina del Carnaval Artesanal en Lincoln, y la del
Salame en Mercedes.
En Carhué se consagró año a año a la Reina
del Turismo Termal; en Médanos la del Ajo y en Hilario Ascasubi, la de
la Cebolla; la Reina del Mate en Baradero y la Reina del Inmigrante en
Berisso, por mencionar algunas.
Hasta ahora son sólo cinco las
comunas que dieron el paso para frenar los certámenes: la pionera
Chivilcoy, Villa Gesell, Coronel Suárez, Saladillo y Junín, mientras que
en otros municipios se debate intensamente al respecto.
En
cuanto a iniciativas que abarquen a toda la Provincia, en la actualidad
hay dos proyectos unificados que intentan regular los certámenes o
reemplazarlos por concursos en los que se reconozca el conocimiento y
los logros profesionales, con el fin de evitar que la mujer sea sólo
valorada por belleza.
Se trata de la iniciativa de la diputada
Alejandra Martínez (FpV), autora del proyecto “Ni reinas ni víctimas",
que propone cambiar la elección de la reina por la de un “embajador de
la cultura” de esa localidad.
El proyecto había sido presentado
en 2015 pero al no tratarse perdió carácter legislativo. A mediados de
este año fue reingresado y en este momento se encuentra en la Comisión
de Legislación, integrado a otra iniciativa de similares características
formulada por la diputada Lucía Portos.
En tanto, el diputado
Santiago Nardelli (Cambiemos) presentó el último 30 de septiembre otro
proyecto que intenta ir más lejos y “prohibir cualquier tipo de
actividad pública, que permita, apoye o promocione o cree concursos de
belleza y de elección de reinas, princesas y expresiones similares”. La
iniciativa está siendo debatida en la Comisión de Igualdad Real de
Oportunidad y Trato.
Chivilcoy fue la primera ciudad en el país
que mediante una ordenanza prohibió la realización de los concursos por
considerar que esos certámenes “colocan a las mujeres como objetos de
exhibición”. La ciudad que siguió los pasos de Chivilcoy fue Villa
Gesell que decidió el año pasado suspender la elección de la reina por
la Diversidad Cultural, evento que se realiza cada octubre en esa
localidad.
En tanto, el Concejo Deliberante de Saladillo llamó a
una Audiencia Pública para discutir el tema y decidió suspender los
certámenes. Al mismo tiempo, en Coronel Suárez se decidió dejar de
elegir a una reina local, y en su lugar se premia a un suarense
destacado por su acción comunitaria.
En Junín, el Municipio no
incluyó a las reinas en el cronograma de la Fiesta de la Primavera de
este año, mientras que en Monte Hermoso la elección de la Reina de la
Primavera, también un concurso muy popular en la región, avanzó en la
última edición ampliando algunos requisitos físicos y eliminando la
"pasada en bikini".
La Comisión Nacional Coordinadora de Acciones
para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género (Consavig), que
funciona en el Ministerio de Justicia, desde 2013 manda notas a
distintas localidades donde solicita formalmente la eliminación de estas
prácticas.
En otras provincias también hay polémica con los
certámenes de belleza y en muchos lugares ya decidieron prohibirlos,
como en Viedma, San Luis, Villa La Angostura, Gualeguachú y Resistencia.