El año 2015 cerró con un balance de cinco títulos para el equipo
'blaugrana', que previamente había celebrado la Liga de España, la Copa
del Rey, la Liga de Campeones de Europa y la Supercopa de Europa.
Para
el equipo de Marcelo Gallardo, más allá del traspié sufrido ante la
compañía de unos 15.000 hinchas 'millonarios' en Yokohama, también
quedará en el recuerdo como la temporada de la tercera conquista de la
Copa Libertadores, que esta vez no tuvo su correlato mundial como
sucedió en 1986.
River estuvo lejos de lograr la hazaña pero
redondeó una actuación digna ante acaso el mejor equipo de la historia
del fútbol. Incomodó al conjunto catalán en los primeros diez minutos de
juego a partir de una presión directa sobre sus marcadores centrales y
el propio arquero chileno Claudio Bravo, lo que entregó un claro mensaje
de no aceptar un rol secundario en el desarrollo del partido.
En
ese lapso, Marcelo Barovero no tocó la pelota y a los europeos les
costó establecer un circuito de pases frente a la concentración del
rival para achicar y anticipar en todos los sectores de la cancha.
No
obstante, la primera intervención de "Trapito" fue para salvar el cero a
los 11 minutos cuando Messi ensayó una volea de zurda dentro del área,
tras un magnífico pase entre líneas del 'Cerebro' Andrés Iniesta.
Desde
entonces, Barcelona se acercó a su habitual versión de equipo
dominador, paciente y punzante en cada combinación ofensiva, aunque
River siempre mantuvo el control táctico con una actuación pareja de
todos sus futbolistas.
Pasada la mitad del primer tiempo, la
posición del conjunto de Gallardo retrocedió pero sin que ello
significara un suicidio. A los 23 minutos, Barovero volvió a aparecer
con una atajada en dos tiempos ante un disparo del lateral brasileño
Dani Alves y diez minutos más tarde lo hizo para desviar un tiro libre
del astro rosarino.
Durante ese pasaje del juego, algunos
jugadores de Barcelona como Neymar, Sergio Busquets y Jordi Alba se
molestaron por la aspereza de sus colegas 'millonarios', que mostraron
mucha vehemencia en cada pelota dividida.
Al cumplirse los 36
minutos llegó la jugada que abrió el marcador. Messi ensayó un slalom
por el centro, abrió a la derecha para Dani Alves, su compatriota Neymar
bajó de cabeza su centro cruzado y Messi, después de desairar a Jonatan
Maidana, acomodó la pelota junto al palo izquierdo. Antes de la
definición, el balón rozó el brazo derecho rosarino pero el árbitro
iraní Alizera Faghani no lo consideró intencional.
River sintió
el impacto emocional del gol y antes del descanso pudo quedar 0-2 de no
mediar una definición imperfecta de Suárez, después de un pase
quirúrgico en profundidad de Messi. Pero el uruguayo tuvo su revancha a
los 4 minutos del segundo cuando marcó finalmente el segundo mano a mano
con Barovero en el primer error defensivo del conjunto argentino, cuya
última línea quedó expuesta por un pase largo de Busquets.
Ese
tanto desarticuló las intenciones del equipo de Gallardo, que había
apostado a los ingresos de 'Lucho' González y Gonzalo 'Pity' Martínez en
el inicio de la parte final para intentar una recuperación.
Inmediatamente después del gol de Suárez, el 'Muñeco' buscó una reacción
con Sebastián Driussi por Viudez.
Cómodo en el tanteador,
Barcelona se desplegó a sus anchas y coqueteó con el tercero en un
aluvión de llegadas durante los diez minutos siguientes. Lo tuvieron
Messi, Suárez y Neymar en momentos que River lucía desbordado por una
clara superioridad futbolística.
Por repetición entonces, maduró
la goleada a los 23 minutos cuando Neymar colocó un centro milimétrico
para que Suárez le cambiara el palo a Barovero y se afianzara como el
máximo goleador con cinco tantos y Balón de Oro del torneo.
Con
un margen de tiempo apreciable, Barcelona tuvo servida la posibilidad de
una goleada aún mayor, que si no se dio fue por responsabilidad de un
Neymar empecinado en acciones individuales para conseguir su gol en la
final.
River intentó protegerse para evitar una derrota más
abultada y cuando su rival bajó intensidad, buscó con vergüenza el tanto
del honor, que casi se da con un tiro de 'Pity' Martínez al palo. En el
final, con el partido ya en modo 'stand by', los hinchas argentinos
reconocieron el mérito de haber llegado al partido más deseado con un
aliento conmovedor.