El Presidente y el Papa argentino volverán a verse las caras el sábado
15 de octubre, en horario y lugar a determinar, tras la protocolar
reunión que mantuvieron el 27 de febrero pasado en el palacio Apostólico
del Vaticano, y todo indica que el nuevo encuentro será más informal y
probablemente en la residencia Santa Marta donde se hospeda Francisco.
En
un adelanto de que el nuevo encuentro tendrá un tono más distendido,
Macri ya anticipó que el propio Papa le pidió que llevara a su pequeña
hija Antonia a la cita, a la que concurrirá acompañado también por su
esposa Juliana Awada y una delegación oficial.
Además de la
reunión a solas con Francisco, Macri participará el domingo 16 -junto a
una importante delegación argentina- de la canonización del primer santo
argentino nacido y muerto en Argentina, José Gabriel Brochero, que será
elevado a los altares en una ceremonia en la Plaza San Pedro, en el
marco del Jubileo Extraordinario de la Misericordia convocado hasta el
20 de noviembre.
La nueva postergación de la visita de Jorge
Bergoglio a la Argentina -ya había rechazado viajar este año al Congreso
Eucarístico que se realizó en Tucumán con motivo del Bicenetenario de
la Independencia- llega de su propia boca luego de que trascendiera por
canales extraoficiales su decisión de dejar -tal vez- para 2018 el
ansiado retorno a su tierra natal.
Más allá de los viajes a los
continentes asiático y africano que tiene en agenda para el año 2017, en
octubre del año próximo hay comicios legislativos en Argentina y ya en
mayo pasado Francisco había afirmado que "la práctica de la Santa Sede"
es "no hacer viajes en años electorales", anticipando su decisión de
tampoco viajar en 2017.
Uno de los últimos visitantes del Papa al
Vaticano fue el ex presidente Carlos Menem, hace unos días atrás, quien
luego del encuentro privado que se extendió por más de una hora contó
que Francisco le adelantó que su regreso a la Argentina será "en los
próximos años" porque antes "le queda ir a otros lugares".
En el
mensaje conocido este viernes, Bergoglio vuelve a acuñar una frase que
pronunció por primera vez en la catedral de Buenos Aires el 25 de mayo
de 2003, ante un recién asumido presidente Néstor Kirchner.
En
esa oportunidad, tras el estallido social del 2001 en el que la Iglesia
jugó un papel determinante convocando a la mesa del Díálogo Argentino,
el entonces arzobispo de Buenos Aires llamó por primera vez a los
argentinos a "ponerse la Patria al hombro" ante la "fragilidad de una
patria herida" recién salida de la crisis que provocó la caída de
Fernando de la Rúa.