Una vez conocido el resultado, que fue seguido y proyectado en dos
grandes pantallas ubicadas a los costados del estado central de la
amplia y renovada sala de la Asamblea General, comenzaron los aplausos
de los presentes y los saludos a la delegación argentina encabezada por
el canciller, Héctor Timerman, y el ministro de Economía, Axel Kicillof.
Entre
ellos, se podían ver a la representante argentina ante la ONU, María
Cristina Perceval, recibir el abrazo de su par de Bolivia, Sacha
Llorenti, que estuvo a cargo de liderar el Comité especial sobre
Procesos de Reestructuración de Deuda que desde comienzos de año llevó
adelante los debates.
Al tomar la palabra ante una sala llena,
Timerman afirmó que la resolución “es a favor de la estabilidad
económica, de la paz social y de los derechos de los pueblos” y un freno
a las acciones de los fondos buitre.
La deuda soberana “es un
derecho que tenemos los países para reestructurar y es una forma de
poner límite a los piratas del siglo XXI que son los fondos buitre que,
amparándose en la falta de una legislación global, han aprovechado y
usufructuado sobre la pobreza de muchos de los países aquí presentes”,
dijo el canciller.
Por su parte, Kicillof afirmó que la
aprobación de la propuesta “es un paso fundamental para que nadie sufra
ataques como los que hoy Argentina y otros países están sufriendo por
parte de los fondos buitre”.
Los principios que buscan limitar a
los fondos especulativos, y que son un paso importante dado hacia el
trabajo por la creación del marco global para reestructuraciones de
deudas soberanas que continuará en la próxima sesión de la Asamblea
General, son los de: soberanía, buena fe, transparencia, imparcialidad,
tratamiento equitativo, inmunidad soberana, legitimidad, sostenibilidad y
reestructuración de la mayoría.
La votación en la Asamblea
General llegó un año después de que Argentina propusiera la creación de
un Comité especial para desarrollar un marco jurídico global para las
reestructuraciones de deuda, que recibió entonces el apoyo de 124
países, 11 votos en contra y 41 abstenciones.
Los 11 votos en
contra que recibió en su momento hoy se redujeron a 6, un hecho
destacado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante la
cadena nacional que encaró esta noche, en la que resaltó la importancia
de la votación en el seno de la ONU.
Lo ocurrido en esta reunión
dejó ver que el trabajo realizado con el respaldo del G77 más China
desde entonces y que cosechó el acompañamiento de una mayor cantidad de
países, mientras que a su vez se redujeron la cantidad de votos en
contra de la iniciativa.
Así, estuvieron los casos de países como
Bulgaria o Hungría que antes habían optado por el No y en esta ocasión
se abstuvieron; y el de Honduras o Islandia que tras abstenerse ahora
apoyaron la resolución.
Uno de los votos llamativos de la jornada
fue el de Colombia que si bien inicialmente, y como el resto de los
países miembro del G-77 más China había acompañado la iniciativa
Argentina, ahora decidió abstenerse.
Entre los motivos que
llevaron a algunos Estados a oponerse a la resolución, estuvieron
basados en que los principios se presentan “problemáticos” y en el hecho
de que “la ONU no es el foro adecuado para tratar el tema”, según
expresó una representante de la delegación estadounidense.
En ese
sentido, el embajador de Bolivia, Sacha Llorente, a cargo del Comité
especial, utilizó un ejemplo común a todos, como es el fútbol, para
rebatir estos argumentos.
“Cuando se dice que no es este el foro
para debatir estos temas, lo que se nos quiere decir es que hay que
jugar este juego solamente cuando ellos controlan al árbitro, cuando
ellos sean dueños de la pelota y cuando ellos controlan el tamaño de la
cancha”, aseveró el diplomático boliviano.
“Esa no es
democracia”, continuo ganando el aplauso de los presentes. “Eso está en
contradicción a los principios de nuestra organización”, dijo para
concluir el diplomático boliviano.