El ministro se refirió, de esta forma, a notas periodísticas en las que
se analizan el costo de vida de una familia tipo de Argentina en
comparación con el consumo en ciudades europeas, tal como sucedió en los
diarios La Nación y Clarín el jueves y viernes pasados, en los que
remarcan que ciertos productos argentinos son más caros que en Londres,
París o Madrid.
“Lo que quieren ellos es que haya devaluación y
apertura de todas las importaciones como se hizo en la época de Menem y
Cavallo”, sostuvo Kicillof.
El Ministerio de Economía sostiene
que este tipo de razonamiento apunta a que Argentina abandone la
industrialización de productos alimenticios y la sustituya por bienes
importados potencialmente más económicos.
Ambas notas
periodísticas cuestionan la política de administración de precios al
argumentar que los valores de los alimentos son más elevados en los
supermercados de la ciudad de Buenos Aires en relación a los de Londres
debido a las restricciones a las importaciones.
Kicillof recordó
que en el pasado, estas políticas de "disciplinamiento de precios"
desembocaron en cierre de empresas, desempleo, pobreza y el quiebre de
las economías regionales.
El ministro remarcó el carácter
inclusivo de posee la política de reindustrialización que lleva adelante
el Gobierno porque "impulsa el empleo nacional" y porque funciona como
“la contrapartida de que la gente se quede en la calle sin empleo”.
Además
sostuvo que a la hora de evaluar el costo de vida de una familia tipo
no sólo se deben incluir los gastos en alimentos y bebidas, sino que
también es necesario tener en cuenta el alquiler, el transporte y los
servicios públicos.
En relación con los gastos de la vivienda,
“el costo de un alquiler en Londres es casi tres veces mayor al de
Buenos Aires”, dijo Kicillof.
En servicios públicos, en la ciudad
londinense, una familia tipo destina mensualmente $1.997 para los
gastos de electricidad, gas, agua y recolección de residuos. En tanto,
una familia porteña gasta en esos servicios sólo $271 (con ABL). Es
decir, siete veces menos que en Londres.
El ministro también
cuestionó el carácter "poco representativo de las canastas analizadas", y
a modo de ejemplo citó la utilización del precio del queso brie y el de
la mozzarella blanca para su elaboración, ya que ambos productos no
forman parte del consumo promedio de las familias argentinas por
tratarse de bienes de lujo.