En el punto 12 de la declaración final, el G-20 destacó los progresos
realizados para lograr "procesos de reestructuración de deuda ordenados y
previsibles", al tiempo que advirtió sobre los "desafíos que presenta
la litigiosidad" llevada adelante por los fondos buitre.
En esta
decisión del G-20 fue determinante la votación registrada en Naciones
Unidas a favor de crear un convenio marco a nivel global para dar
viabilidad a los procesos de reestructuración de deuda.
El
documento final del foro económico no cierra en el FMI la discusión del
tema, como impulsaban inicialmente algunos países desarrollados, y
encomienda a los "ministros de Finanzas y presidentes de Bancos
Centrales" el análisis de la cuestión y las distintas propuestas que
existen en torno al tema.
En lo que respecta a Naciones Unidas, a
mediados de octubre pasado, el G77+China propuso la conformación de una
comisión ad hoc abierta a todos los miembros del organismo multilateral
para avanzar en la creación de un nuevo marco legal para la
reestructuración de la deuda soberana.
La propuesta efectuada por
Bolivia como titular pro témpore del G77 recoge el mandato de la
resolución 68/304 del 9 de septiembre último de la Asamblea General,
donde 124 países aprobaron la necesidad de crear un nuevo marco legal en
la materia.
Allí también se estipuló que las iniciativas al
respecto debían presentarse para su discusión en el período de la
Asamblea número 69 de la ONU que cierra en diciembre próximo, para su
posterior tratamiento durante el primer semestre de 2015.
El
proyecto -que se encuentra publicado en el sitio oficial de Naciones
Unidas- destaca que las discusiones están "abiertas a todos los Estados
miembro", los 193 países de la ONU, más allá de que la votación en la
que 124 lo hicieron a favor, unos 41 se abstuvieron y otros 11 lo
hicieron en contra.