"Al tratarse de un viaje de la Presidenta de la Nación, obviamente se
decidió por la segunda opción, para la cual no hay aviones en la
Argentina con la autonomía suficiente como para realizarlo, por lo que
se recurrió a este avión", especificaron.
En este
sentido, aclararon que el Jet Falcon 7X contratado no es un avión "de
lujo", como publicó hoy el diario Clarín, sino que se trata de una
aeronave que cuenta "con las especificaciones técnicas necesarias como
para realizar el vuelo transpolar desde la Argentina hasta la ciudad
australiana de Brisbane", donde se desarrolla la cumbre del G-20.
Por
otra parte, los voceros calificaron de "disparate" la opción de
utilizar el Airbus 340 de Aerolíneas Argentinas para realizar este viaje
"porque no se puede utilizar un avión con capacidad para más de 370
pasajeros, que además implicaría desprogramar vuelos de la compañía de
bandera, para un viaje de 10 personas".
"La contratación se
realizó a través de los mecanismos licitatorios previstos por la ley",
insistieron las fuentes, y recordaron que en una ocasión similar, el
juez federal Ariel Lijo desestimó una denuncia por la contratación
directa de un avión utilizado en una gira presidencial en enero 2013,
por Cuba y el continente asiático.