Para el arquitecto, “ no hay nada que refleje más una época que el
movimiento de una ciudad” ya que “el espacio público es central y vital.
Todo ciudadano participa de eventos, reuniones, conciertos”,
ejemplificó.
Consultado sobre si la construcción actual en la
Argentina tiene tendencias determinadas, contestó que “no es época” y
agregó que la construcción de una vivienda residencial, por ejemplo,
depende más de las decisiones individuales y la capacidad económica de
los clientes que de alguna corriente arquitectónica en boga.
“Todo
depende de la capacidad del arquitecto de entender el ciclo. Antes
imponía condiciones, ahora están diluídas ante las sugerencias, ante los
pedidos del clientes”, comentó al describir las variantes de la
profesión.
Sobre políticas de vivienda como el plan PROCREAR,
dijo que “ninguna política, de donde provenga, que tome en cuenta a la
vivienda como interés social es mala. Debe ser una política de Estado
estratégica y no decisión de momento”.
A su criterio “la vivienda debe estar en la agenda pública como tema central, como bien social importante”.
Sobre
las villas o asentamientos que proliferaron en las ciudades, dijo que
tienen un “formato enorme y en ellas viven miles de personas. Se pueden
racionalizar, ordenar las escalas. Las ciudades tendrán que ser pensadas
con las villas incluídas, con escuelas, centros de salud y comercios
con transporte incluídos. Serán un barrio más. Hay que ponerle reglas”,
explicó.
“La sociedad tiene demandas y el arquitecto debe saber
interpretarlas correctamente para generar un proyecto racional y
sustentable”, expresó.
Consultado sobre las mansiones que
habitaron la Buenos Aires de fines de siglo XIX y principios del XX y
ahora pasaron a ser edificios de embajadas o museos, dijo que “la
mansión fue un modelo de época” de clases dominantes de una Argentina
agroexportadora.
Luego, a mitades del siglo XX se dejó pasó a diferentes estratos sociales, con “nuevo uso del suelo y de la tierra”.
Respecto
del próximo lanzamiento de la carrera de arquitectura en la UADE dijo
que “actualmente se está preparando el programa de estudio de la carrera
y el cuerpo de profesores”, comentó y agregó que la tramitación se
encuentra en la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación
Universitaria (CONEAU) y se estima que podría ser comenzada a dictarse
el año próximo.
“Será una carrera de cinco años, con 49 materias
cuatrimestrales y una tesis. Nos interesa que sea una carrera de alto
impacto en torno de la gestión, sustentabilidad, producción de
infraestructura y equipamiento”, describió.
“Queremos que su
dictado implique la participación de nuevas tecnologías, nuevos proceso
de construcción, inversión y, desarrollo”, explicó.